Los sensores de posición lineal de la serie 700 están diseñados para funcionar de manera confiable en entornos extremos, como aplicaciones de pozos petroleros "en el fondo del pozo", a temperaturas entre -40° y más de 200°C y presiones de hasta 35,000 psi. Al contener un elemento resistivo de plástico conductor, la Serie 700 tiene una vida operativa y una resolución más largas que las unidades tradicionales bobinadas.

Ofrecida en diámetros en miniatura para ahorrar espacio, la Serie 700 también está diseñada para cumplir con una amplia variedad de requisitos de interfaz y montaje, lo que la hace ideal para aplicaciones que requieren un rendimiento preciso en entornos de alta temperatura y alta presión con espacio limitado.