Reducir las fugas de agua con sensores de presión
La disponibilidad de recursos hídricos sigue siendo una importante preocupación mundial. Según el Banco Mundial, 2.5 millones de personas carecen de acceso a instalaciones sanitarias mejoradas y casi 1 millones dependen de fuentes de agua potable inseguras.
Este problema se ha visto exacerbado por el cambio climático, con sequías cada vez más graves que afectan a regiones de todo el mundo. Mientras los países se esfuerzan por mitigar los efectos del cambio climático, la atención también se está centrando en las redes de suministro de agua y la infraestructura que las respalda. Un elemento crítico de este debate es la cuestión del agua no contabilizada y su impacto en los servicios públicos.
El agua no contabilizada es toda el agua que se produce pero que se pierde antes de llegar a los consumidores. Esta pérdida puede atribuirse a fugas, errores de facturación u otros factores.
Los estudios indican que se pierden aproximadamente 346 millones de metros cúbicos de agua por día, lo que representa alrededor del 30% del volumen del sistema hídrico mundial. Solo en Estados Unidos y Canadá, las pérdidas ascienden a un promedio de 119 litros por persona por día. Reconociendo la magnitud de este desafío, las empresas de servicios públicos están explorando una variedad de soluciones para toda su infraestructura.
Uno de los enfoques más eficaces es mejorar el seguimiento del uso directamente en el medidor.
Solución
Como último eslabón de la cadena de infraestructura hídrica fuera del hogar, el contador de agua está perfectamente posicionado para funcionar como una estación de monitoreo que ayude a prevenir pérdidas de agua no facturada. Dado que muchos contadores de agua ya cuentan con comunicación inalámbrica para fines de facturación, son muy adecuados para servir como soluciones de tecnología inteligente, lo que impulsa la adopción de regulaciones de medición inteligente en varios países europeos.
Al integrar la tecnología de detección de presión en los medidores de agua, se pueden detectar posibles fugas, se puede monitorear el uso excesivo de agua debido a fugas y se pueden recopilar datos en tiempo real sobre la distribución de agua midiendo el flujo en cada hogar individual.
El mapeo de estos datos ayuda a optimizar las operaciones de la bomba de agua y a mejorar la eficiencia general. Sin embargo, incorporar un sensor de presión dentro de un medidor de agua presenta desafíos.
SensataEl sensor de presión 129CP de está diseñado específicamente para abordar estas necesidades, ya que ofrece un diseño compacto con un consumo de energía ultrabajo para maximizar la vida útil de la batería. Su construcción duradera garantiza que el sensor pueda soportar condiciones adversas, incluidos entornos de alta condensación y golpes de ariete frecuentes, y dura entre 10 y 15 años con una integración perfecta en la PCB del medidor.
A medida que los medidores de agua inteligentes se vuelvan más comunes, estas capacidades avanzadas permitirán a las empresas de servicios públicos mitigar los efectos del agua no contabilizada, beneficiando tanto al medio ambiente como a su eficiencia operativa.